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lunes, 23 de mayo de 2011

Consensos de mínimos en internet, asambleas en la calle

Dos maneras de lucha contra la dictadura perfecta


El movimiento 15M ya ha terminado su primera etapa, las elecciones marcarán un antes y un después. En primer lugar, sería una pena que por el surgimiento de las previsibles fricciones, el movimiento 15M pierda fuerza vital. Por ello, es recomendable ante todo unidad, si tiene que ser con el llamado “Consenso de mínimos” que así sea. Básicamente este consenso de mínimos se centra en reivindicar el saneamiento del sistema político, hacerlo realmente representativo de la ciudadanía española; aunque con la actual falta de conciencia política y social, me temo que este objetivo solo se cumpliría si el voto fuera un derecho y también un deber, o sea obligatorio, como lo es en otros muchos países europeos, como lo es formar parte de las mesas electorales en España. La democracia será real solo cuando esté movilizado el 33% de abstención y la representatividad de los votos sea proporcional en escaños.

Esta reforma de mínimos eliminaría de cuajo la falsa representación bipartidista. Un sistema que no se encargue de perpetuar el sistema económico actual como principal misión ya sería un importante victoria, tan importante que conllevaría batallas en otros campos, dentro de la legalidad democrática. Esta es la postura de los «moderados» del movimiento encabezados por los creadores del Nolesvotes: Unidad ahora, libertad de acción-ideas después, utilizar el sistema político para cambiarlo desde dentro. No está especificado como harán esto. Para cambiar las partes nobles de la Constitución se necesitan 6 votaciones; entre ellas unas elecciones generales, referéndums, y varias en el poder legislativo. Medidas menos drásticas necesitan del apoyo de algún partido mayoritario como mínimo.

La postura revolucionaria responde a lo que han señalado Vicenç Navarro y otros muchos, que el problema de fondo actual es el enriquecimiento brutal de unos, con el consecuente empobrecimiento de otros, o sea el capitalismo, que este sistema no podrá reformarse desde dentro y que deber ser una liberación que excede el marco político. Esta postura es la que parece mayoritaria en las acampadas. Se promueven medidas paralelas que crean una alternativa in situ al sistema. El movimiento Democracia Real Ya, aunque aboga en sus propuestas oficiales por cambios antisistemas de izquierdas, parece haberse alineado con la postura moderada, ya que no asumen el protagonismo ni organización de las asambleas y piden centrarse en los “pilares básicos” del movimiento para luego votar en un sistema justo, democrático real, las otras propuestas.

Desde los moderados se achaca que esta postura traerá disidencia en el movimiento, la derecha quedará excluida y otros tantos, se teme las disputas inclusive en la misma izquierda. En segundo lugar, se les acusa de no tener representatividad legítima del movimiento. Aunque las asambleas solo afirman representarse a ellas mismas, no parece que se arroguen el derecho de representatividad del movimiento a escala general, de lo cual son acusadas.

Personalmente creo que una visión intermedia de las dos posturas es posible, siempre y cuando haya unidad, centrada en el consenso de mínimos, y respeto. Los revolucionarios no han de dejar de ser revolucionarios, tienen derecho a expresarse. Si algunos o muchos se desmarcan de este movimiento, ellos serán los responsables, no las asambleas, estas no se muestran como excluyentes. Si creen conveniente ir formando asambleas por Madrid pues… ¿por qué no? No es acaso el modelo localista que se le atribuyen a las democracias participativas. No obstante, a razón de las elecciones, en que ya entramos en la perspectiva a largo plazo y en el disenso dentro del movimiento 15M, el panorama de las asambleas parece bastante incierto. ¡Suerte!

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