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miércoles, 25 de mayo de 2011

Tres miradas al Parlamento de Canarias


Personajes políticos y pseudoperiodistas, parece que tiene orejeras para no ver a su alrededor, solo ven lo que le ponen delante de ellos, por interés. Solo así se explica cómo minusvaloran al movimiento Democracia en función de los resultados electorales. En realidad, los resultados de estas elecciones no solo no deslegitiman al movimiento del 15M, sino que es la prueba irrefutable de la necesidad de este movimiento, lo veremos mediante el ejemplo del Parlamento de Canarias en estas elecciones. Esta es la composición de dicho parlamento surgida en las últimas elecciones:
Si se aplicara el sistema actual con relación directa entre diputados y el número de votos el resultado de las elecciones sería el siguiente:

Vemos como el principal beneficiado del sistema vigente es CC, empatando a escaños con el PP. Se observa una mejora en la pluralidad con la representación proporcional. A pesar de esta mejora, este sistema seguiría siendo democráticamente deficitario, sigue sin representar a la mayoría de los ciudadanos. La pluralidad seguramente capitularía en intereses partidistas, no en una mayor representatividad del pueblo.
Resultados reales de las elecciones en Canarias para el Parlamento:


En esta gráfica se observa que la mayoría relativa de la población no tiene ninguna participación política. Y la otra mayoría, el 58% vota en un sistema bastante sesgado como se ha comprobado. Como se observa, el próximo gobierno de Canarias habrá sido votado como máximo por el 35% del electorado. Y esto porque se pactará; respondiendo a intereses de partidos, no a intereses de la población. Así que si esta mayoría a oscuras fuese rescatada para el sistema político el panorama electoral resultante es muy difícil de vislumbrar, lo cierto es que la pluralidad política se multiplicaría y se haría necesaria la participación del pueblo en el proceso legislativo; referéndums. La medida para paliar el déficit democrático en esta sociedad seria la obligación del voto. El resultado podría ser una democracia real, participativa, con el pueblo inmerso en el proceso legislativo. La tecnología actual lo permite; si los poderes no lo impiden, antes o después la revolución digital entrará en la política; democracia participativa y directa… ¡Ya!

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